Vuelo Seguro


Llego en una primavera, reluciente y acicalado.  Ella le habia tendido una amistad, el le habia tendido su mano.  Ambos tenian mucho de que hablar y por fin habia llegado el momento.  Con la mirada buscaron un lugar apartado y solo donde unicamente el silencio pudiera ser testigo de lo que un alma en cautiverio es capaz de sentir.

Era una pequena mesita color azul, el color favorito de Ellen.  Estaba cubierta por un mantel de tela india con disenos asiaticos.  Dos sillas en hierro y sobre ellas un cobija en fuertes tonos de morados y azul marino.  El cielo pintaba azul y blanco, la brisa era suave y tersa,  un sutil olor a jazmines podia percibirse desde la distancia.  Alli estaban los dos, como tanto lo habian sonado.


Armando estaba igual de guapo y Ellen lucia su hermosa sonrisa rosada y brillantes ojos verdes.  Ninguno se atravia  comenzar el diagolo.  Solo se miraban encantados y acariciaban sus manos como ninos pequenos un primer encuentro.

Ellen parecia prestarle atencion a la mas minima palabra que Armando decia mientras tocaba sus manos una y otra vez como tratando de cerciorarse que era cierto eso que estaba viviendo; que no era uno de tantos suenos que durante su vida habia tenido con Armando y nunca se habia logrado.
Ambos rompieron el silencio al unisono y sonrieron luego.  No habian cambiado! habian hecho exactamente lo mismo que habian echo en su juventud.  Armando noto que Ellen estaba muda y no quedia dejar salir sus sentimientos.  Asi que el comenzo a narrar todo lo que sucedio cuando la vida los distancio por mas de 35 anos. 

Los ojos de Ellen tintineaban mientras lo acariciaba con la mirada.  Veia como los cabellos de Armando se habian convertido en hilos grises y sedosos.  Su sonrisa era la misma, sus labios suaves y tersos y su cuerpo esbelto parecia hacer eco de  ese toque de magia que siempre tuvo y que a Ellen le enloquecia.

Le llego el tiempo a Ellen de contar sus vivencias ya no podia echarse atras.  Tendria que ser valiente y contar con manos abiertas sus sentimientos tal y como el lo habia hecho.

Era su turno y el estaba embelezado y perplejo, como habia sido posible que Ellen estuviera igual despues de tantos anos? No habia cambiado nada.  Sus cabellos descansaban sobre unos hermosos hombros vestidos de seda.  Esa mirada verde con largas pestanas negras; esas manos suaves y blancas, esa voz seductora y vibrante,   era ella, Armando no tenia duda alguna. 

Mientras Ellen  hablaba el solo sostenia su mirada en aquellas facciones tan poco comunes y embelezantes.  Para Armando, Ellen era un angel!

Pasaron las horas y ambos alli nuevamente hicieron el mismo ritual que habian hecho cuando ambos tenian apenas unos 14 y 17 anos.  Se prometieron amor eterno sellando esa promesa con un calido y tierno beso apasionado.

Alli estaban ambos, habian volado y surcado diferentes cielos, nuevos mundos independientemente uno del otro, mas la vida y sus alas los habia unido esta vez para siempre.  Ambos aprendieron a discernir la diferencia de volar libremente sin ataduras ni pesares.  Ambos habian encontrado parejas aparentemente con similares intereses terminando por realizar que cada uno no era para el otro. 

La misma vida los habia unido de nuevo.  Sus alas estaban fuertes, alguna mas que otra aun se tornaba un poco desalinada pero eso era parte de volar.  Muchas otras cayeron en sus dias malos mientras otras renacian y se incorporaban a un ala fuerte y radiante.

Desde la distancia pude notar que una hermosa aureola de luces les cubria a los dos.   Ya habian esperado todo lo que tenian que esperar.  Ya no era necesario escribir sus suenos pues sus suenos estaban uno frente al otro y esta vez para siempre.

Siempre lo supieron, pero tenian que crecer y madurar para entender el valor de volar libre y seguro y el caer destrepitosamente en medio de un fango langido y mal oliente. 

Llegaron por fin a donde habian querido y lo mejor de todo, llegaron volando con sus propias alas y partieron de aquel lugar remontandose al cielo y haciendo piruetas en medio de la brisa calida y fragante de aquel hermoso dia.

 

Las Alas de Coral




Coral habia crecido en un ambiente de tranquilidad, sosiego y felicidad.  Desde pequena tenia muchas amigas y mientras fue creciendo su vida se transformo en un especie de "habitat" perfecto.

En sus 22 anos conocio a Rodrigo, el hombre que le robo el corazon y al cabo de unos anos decidieron formalizar su relacion. El dia del compromiso fue todo un evento.  Asistieron familiares hasta del exterior.  Coray y Rodrigo pronto se casarian y sin duda alguna serian el matrimonio ejemplo.

El tiempo transcurrio muy rapido y Coral sentia que algo estaba muy mal en su vida.

Rodrigo mientras tanto hacia de su vida una tradicion, se levantaba, iba al trabajo, regresaba a su hogar, cenaba y se acostaba a dormir pues al otro dia le esperaba otro dia igual.  Por otro lado Coral queria y necesitaba sentirse amada, necesitada y util; pero Rodrigo estaba muy ocupado en su ir y venir.

Coral comenzo a sentirse muy sola y se preguntaba si esta era la vida que ella  y anhelado.  Pronto su respuesta la hizo chocar con una pared transparente y fue muy doloroso el golpe.

Habian pasado apenas unos 10 meses de su compromiso y su vida habia dado un giro que nunca imagino.  En noches de luna se sentaba en un pequeno balcon que tenia su apartamento y pretendia en su imaginacion que volaba entre las nocturnas nubes y jugaba al esconder con las estrellas que danzaban por la alegria de ver a un humano jugando con ellas.  Asi pasaban las horas y mientras Rodrigo de seguro dormia un sueno inconsciente, Coral sonaba despierta!

En una noche de Abril, en medio de la primavera Coral quiso volar y decidio hacerlo como lo habia hecho hasta ese momento, sola y libre.  Espero que Rodrigo llegara le narro sus penas, desconciertos y pesares y dolorosamente Rodrigo simplemente la miro, sonrio y le dijo: Quieres volar? la puerta esta abierta!. 

Rodrigo habia descubierto que esa relacion a el tambien le habia cortado las alas y no encontraba como decirle a Coral su sentir.

Coral sintio una alegria que dolia, que estremecia su ser y como al unisono sintio que claudicar no habia sido tan dificil como habia pensado, sino le habia abierto las puertas hacia una vida nueva donde ella podria emprender un vuelo seguro y firme.

Alli estaba Coral, con brazos abiertos, sintiendo como la brisa acariciaba sus mejillas mientras miraba al mar, en aquella cima verde y banada de colores.  Ya Coral estaba lista para volar y de seguro lo lograria.

En una tarde de verano vi con mis propios ojos como Coral extendiendo sus alas, volo aferrandose a un sueno que de nina parecia imposible y penso: Quien dice que no se puede volar?